19 DE AGOSTO, 2016
El crecimiento de las economías mundiales ha disminuido, manteniéndose en niveles más altos en los países en desarrollo mientras que en países desarrollados los crecimientos son más bajos. América Latina ha crecido entre 1 a 2% por año, principalmente como resultado de la reducción de las actividades económicas en Brasil, Venezuela y Argentina en función de la reestructuración de sus economías. Las otras economías de América Latina han mostrado un crecimiento por encima de esta media. La calidad de este crecimiento, sin embargo, es diferente en relación con otras economías por la reducción de la pobreza absoluta y la reducción de la brecha entre ricos y pobres. El índice de Gini disminuyó en América Latina, mientras que en otras economías, crece acentuando las diferencias.
Cuando el CEAL eligió el tema para la Junta Ampliada en Nicaragua para discutir el tema de la integración, puso de manifiesto su preocupación por la calidad del desarrollo. La prosperidad compartida y crecimiento con responsabilidad, significa que la calidad del crecimiento es de gran importancia para la sustentabilidad social, económica y política de una sociedad. Muchos países y regiones de América Latina han puesto en marcha programas específicos para la integración social con responsabilidades compartidas, donde la sociedad reconoce la desigualdad, y apoya con acciones específicas. En Brasil, la Bolsa Familia apoyaba a las mujeres de renta mínima, siempre que sus hijos estuviesen en la escuela con una participación mínima del 90%. De esta forma, otros programas hicieron lo mismo, con acciones comunitarias, educacionales y ambientales. Se reduce la interferencia directa del Estado por medio de subvenciones y se financia la economía comunitaria a precios de mercado. El resultado fue un crecimiento de la demanda de artículos de primera necesidad y el aumento de la renta per cápita en las comunidades desfavorecidas.
Crecer es una necesidad para todas las sociedades, sin embargo, lo que se debate es la calidad de este crecimiento, que debe proporcionar desarrollo humano, social y ambiental dentro de un ambiente de paz, libertad y competencia. El Estado asume cada vez más la función de árbitro para que las reglas de este juego se cumplan de manera imparcial, justa y sin intervencionismos.
Nos enfrentamos a enormes retos, inmigraciones motivadas por políticas, guerras y economías colapsadas. Las naciones, para enfrentar estas tendencias, generan fuerzas cada vez más proteccionistas y nacionalistas, cerrando sus fronteras cada vez más o separándose de sus alianzas establecidas.
El CEAL, como protagonista de una América sin Fronteras, ve en esta tendencia un gran riesgo de que las Naciones se cierren cada vez más, aumenten su proteccionismo, su intolerancia a la diversidad y que incentiven una política económica menos insertada.
Mientras tanto, la crisis de las democracias aumenta por la crisis de los tradicionales y grandes partidos políticos que hoy día no dan respuestas convincentes ni a sus miembros ni a la propia sociedad, separándose cada vez más de la sociedad civil. Esta tendencia tiene como consecuencia final, quiebres que notamos en las sociedades civiles, jóvenes de América Latina que hoy se apoderan de un proceso de concienciación y movilidad nunca antes vistos. Brasil, Argentina, Perú, Guatemala, entre otros, son ejemplos de esta evolución. La sociedad civil ha reclamado a las instituciones políticas, dentro de los parámetros de su constitucionalidad, a cambios con ética y transparencia, obligándolas a traer la transformación necesaria.
En sus debates en Nicaragua, el CEAL hace hincapié en esta demanda invitando a mesas temáticas, foros y paneles, a empresarios de América Latina y Nicaragua, Europa y los Estados Unidos para llevar a cabo un estudio de las políticas necesarias para la próxima década.
Se incentivó la creación de una mesa temática sobre la Visión de América Latina, América Central y Nicaragua, para los próximos 10 años, buscando traer los elementos más relevantes que puedan influir en el progreso de la región. Esta mesa temática puede ser desarrollada en conjunto con los Gobiernos para ampliar esta visión en los planes de integración regional.
Es de fundamental importancia para el CEAL la inserción de jóvenes y mujeres líderes en este contexto, para proporcionar alternativas y recibir estímulos de dirección. Hoy, la comunicación y la movilidad hacen la diferencia en la articulación de la sociedad en sus preferencias. Esto es estratégicamente relevante para las empresas, pero también para los líderes de la sociedad civil y los gobiernos. La integración energética fue tema de debates tratando de integrar a las regiones y mejorar la competitividad. Estando en Nicaragua, los temas de turismo e innovaciones fueron planteados precisamente para ofrecer valor añadido a los productos y servicios. La cooperación en estas áreas con otros países vecinos, u otros latinoamericanos, puede hacer la gran diferencia en la competitividad internacional.
El logro de la paz, libertad y prosperidad incisiva en América Latina, no es fruto del ocaso, pero si de un perfeccionamiento permanente de sus instituciones democráticas y empresariales, juntamente con la sociedad civil, buscando nuevas formas de mejor convivencia en este mundo más competitivo y proteccionista.
Más de 200 participantes, debatieron con el CEAL, del 17 al 19 de agosto en Managua, Nicaragua; impresionados y agradecidos por lo que vieron y sintieron del hermano país Nicaragua, con grandes potenciales por ser explotados, desde los marcos regulatorios democráticos, el derecho y la libertad económica, que esperan se desarrollen para el progreso de todos. Percibimos una Nicaragua esforzándose con mucho potencial por delante a favor su pueblo y la integración regional. Apreciamos la excelente hospitalidad, que hemos sentido y recibido estos días del Pueblo nicaragüense.
CEAL Internacional
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